En el pasado, mucha gente pensaba que graffiti no era nada más que vandalismo destructivo. Y es verdad que, en el pasado, la mayoría de los graffiti eran graffiti ilegal y los artistas no trabajaban en común con las comunidades en cuyas calles pintaban.  

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Luego, pero, había un cambio de mentalidad y más personas empezaron a reconocer graffiti como una forma de arte, como expresión de crítica y como vehículo de activismo. Un buen ejemplo que muestra esta fuerza de los graffiti son los graffiti del cubano El Sexto.      

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El Sexto es el nombre con el que las calles de La Habana conocen a Danilo Maldonado Machado. A través de los años se hizo conocido como “el más perseguido de los artistas cubanos” y “el artista de grafiti que no perdona al régimen cubano.”

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Ciertamente, El Sexto es más que un artista; también es un activista social que lucha por la democracia en Cuba. Como consecuencia de sus proyectos de arte, ha sido encarcelado varias veces sin cargos, la más larga de las cuales duró 10 meses. Esta larga detención fue provocada por el intento de El Sexto de comparar el régimen en Cuba con el libro de George Orwell - “La granja de los animales.” Por lo tanto, pintó los nombres de Raúl y Fidel Castro en dos cerdos y los soltó en una plaza. La policía pronto lo arrestó y Danilo fue golpeado severamente. Durante los primeros 55 días de detención, El Sexto fue transferido a seis prisiones para ocultarlo de su familia. Además, no se le permitía llamar a su madre o escribir una carta a su hija; lo golpeaban a menudo. Él no sabía si alguna vez iban a liberarlo.

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Sin embargo, El Sexto siempre encontraba luz dentro del sistema oscuro: un guardia de la prisión dispuesto a contactar a su familia, un médico que le entregue su medicamento para el asma, un compañero prisionero que lo traería con lápices y papel. De hecho, Danilo produjo muchos dibujos cuando estaba en prisión. Al final, por mucha presión sobre el gobierno por parte de diferentes organizaciones de los derechos humanos, El Sexto fue liberado a finales de 2015. Después de su detención, Danilo fue a los Estados Unidos por temor a ser encarcelado en el futuro. Allí fue galardonado con el premio Vaclav Havel por disidencia creativa. Ahora, El Sexto continúa su lucha contra el régimen Castro en las galerías de Miami.